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LOS PRIMEROS SIGNOS DE LA PRIMAVERA

Las primeras yemas de pino ya comienzan a mostrarse ante mis ojos. Algunas, arrancadas de los brazos de sus madres por el viento, descansan en el suelo que ya está preparado para engendrar vida con la luz de Imbolc. El pino es símbolo de longevidad, protección y fortaleza. Es uno de los seres más antiguos que podemos encontrar en un bosque. Las yemas están llenas de vitamina C, minerales, antioxidantes, propiedades antibacterianas... Es un aliado increíble lara las épocas de fatiga y oara los problemas respiratorios. El polen que se desprenderá de estas yemas es un verdadero regalo de la naturaleza y está lleno de fibra, antioxidantes, etc. Las agujas que nacerán de las yemas serán una reserva de su esencia vital, que dará soporte al árbol y a nosotros mismos. Su resina es una caricia para las pieles castigadas. La presencia de ese anciano es imponente, infunde calma, fortaleza, seguridad, fidelidad y todo aquello que los humanos hemos olvidado y hemos perdido en el camino.



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